Haciendo un homenaje al epitafio que se escribió Nicanor Parra cincuenta años antes de su muerte, en el que indica que fue lo que fue, “¡Un embutido de ángel y bestia!”, organizamos este ciclo literario en Bogotá, Colombia. El último miércoles de cada mes invitamos a un par de poetas y un narrador para que compartan la lectura de sus textos, se coman un chorizo con cerveza para devorar metafóricamente un pedazo del antipoeta chileno, respondan algunas preguntas del público y dialoguen entre ellos de poesía y narrativa. Con esto queremos intentar traspasar las fronteras entre un género literario y otro, saber qué tienen que decir los narradores de la poesía y los poetas de la narrativa. También leeremos algunos textos en micrófono abierto y pasaremos una noche en un espacio puesto al servicio del juego y la apertura. En la última noche de miércoles del siguiente mes, invitaremos a esos mismos tres escritores para que analicen un poema de algún autor colombiano o extranjero escogido previamente. Así podremos crear un diálogo más amplio y saber lo qué escriben y leen los escritores en nuestra ciudad.
– Difícil ver lo que sostiene: la blancura del sol es cegadora. Afuera lo blando, lo blando afuera es propicio.
Lo que no cede al embate se quiebra, es cierto, pero aún quebrado permanece.
Nada guarda una caña y rebosa melaza. Para sonar, la flauta debe deshacerse de su médula.
Benito del Pliego, del libro Fahila
No te engañes, tú que pareces un pajarillo extraviado en el bosque nevado que se extiende hasta el pecho de Tagore, de Whitman y de Jammes, cuyas obras reemplazan la cruz sobre tu cama, pues no es la
Porque sí porque aún no apareces sobre el filo de la montaña y ya los pájaros te saludan ya sus gargantas qué algarabía se han desentumecido y la escarcha que agravaba las hojas del arbusto com
